Manual
para combatir el fracaso escolar
Trabajar sobre las diferencias, tolerar el error y
motivar la curiosidad, algunas claves.
No es
sorprendente que a un mismo estudiante le vaya mal en un colegio y bien en
otro. El hecho de que un alumno no aprenda al mismo ritmo ni la misma cantidad
de contenidos que otro es natural y no puede tildarse de fracaso escolar.
Esta
afirmación es del sociólogo suizo Philippe Perrenoud, director del Laboratorio
de Investigación en Innovación, Formación y Educación (Life), de la Universidad
de Ginebra, quien fue invitado a la Feria del Libro por la Secretaría de
Educación de Bogotá.
Para el
experto, el fracaso escolar es un calificativo arbitrario que responde a un
concepto sobre el rendimiento académico del estudiante, a partir de normas de
exigencia universales y no de una mirada sin prejuicios sobre las capacidades
personales.
Padres y
maestros deben trabajar en equipo para evitar el fracaso y un primer paso,
indica el sociólogo, es determinar el grado de motivación del niño o joven por
aprender y su desarrollo personal en relación con los demás (si está muy por
debajo del promedio, habría que preocuparse).
El autor
del libro Los ciclos de aprendizaje (un camino para combatir el fracaso
escolar) le reveló a EL TIEMPO 10 formas de prevenir el fracaso escolar.
Consejos para maestros y padres
1.
Planear
Estructurar
el aprendizaje en periodos de varios años. Así, los maestros diseñan diferentes
rutas para que sus alumnos asimilen los mismos conocimientos. Esto permite
hacer un buen seguimiento.
2.
Valorar las diferencias
Los
docentes deben establecer oportunidades de aprendizaje basadas en las
diferencias de sus pupilos. Pueden crear grupos de alumnos con las mismas
necesidades y adaptar la propuesta didáctica.
3.
Maestros al mismo nivel
Además de
la motivación, los maestros deben renunciar al placer del discurso y de estar
al frente de un auditorio. Deben mezclarse con sus estudiantes para orientar su
trabajo en el aula. Es necesario, también, que tengan altas expectativas sobre
las capacidades de aprendizaje de sus alumnos.
4.
Acercarse a la vida de los estudiantes
Los
educadores deben estar más cerca de la cultura de los estudiantes, del entorno
en el que viven, de sus gustos y aficiones. Lo pueden hacer con algo tan
sencillo como el diálogo, a través de la literatura o de ejercicios didácticos
que integren a todo el curso.
5. No
'clasificarlos'
Hacer
'diagnóstico médico' y no una clasificación de los estudiantes. La mejor forma
de evaluarlos es observar su curiosidad y su voluntad de aprender y tomar
riesgos. El docente debe contar con criterios analíticos y formativos muy bien
establecidos para hacer este diagnóstico.
6. Padres
atentos
Es clave
que los padres conozcan la metodología de trabajo en el aula y, de forma
permanente -no esperar a la entrega de boletines-, estén informados sobre las
dificultades de aprendizaje de sus hijos. La agenda escolar es un buen medio de
comunicación para saber el día a día del niño.
7.
Orientar a los hijos
Los
padres deben conocer las diversas formas de evaluación de sus hijos y sus
resultados, para así 'jugar su rol'. Sus expectativas y sus angustias deben ser
escuchadas y ellos, a su vez, escuchar las de los docentes. Deben, además,
orientar el trabajo en casa de su hijo, conectado con aquel que el maestro
realiza en el aula.
8.
Motivación
En casa,
los padres pueden motivar el aprendizaje de sus hijos animándolos a relacionar
datos e ideas, a buscar explicaciones; también, provocar su curiosidad y su
deseo y orientarlos para superar obstáculos.
9. No
memorizar
Tanto en
el aula como en el hogar, enseñarles a documentarse e informarse, y no a
memorizar hechos y reglas. Hacerlos competentes en comprender, juzgar,
anticipar, decidir y actuar con plena conciencia de lo que se hace.
10.
Error, bienvenido
Los niños
no deben sentirse amenazados en casa o en el aula por no saber o por
equivocarse. El error no debe ser visto como un signo de pereza o de falta de
inteligencia. Es mejor apoyar la comprensión del conocimiento y su aplicación
cotidiana.
¿Qué conduce al problema?
v Desinterés del estudiante.
v Docentes desmotivados.
v Ausencia de un ambiente rico en
oportunidades en casa.
v Maestros que solo evalúan datos y
conocimientos aprendidos de memoria, y no el razonamiento.
v Falta de conocimiento pedagógico del
docente.
v Padres ausentes y distanciados de sus
hijos, pues delegan todo al colegio.
TOMADO DE: EL TIEMPO, 21 de mayo de 2011.
Definitivamente en el proceso de formación de los niñ@s, se debe contar con el apoyo de los padres. La triada que garantiza aprendizajes Significativos y perdurables es: Maestros, Estudiantes y Padres de Familia.
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